Akio Arima, propietario de un pequeño restaurante de ramen en la isla turística de Ishigaki, en Okinawa, ha levantado una controversia en todo el país al prohibir la entrada de japoneses a su local.
Arima, dueño de «Yaeyama Style» dijo que sólo dejará ingresar a los turistas extranjeros. La medida fue impuesta el pasado 1 de julio cuando se colocó un aviso en la puerta del establecimiento, aunque la prohibición quedará sin efecto a fines de septiembre.
«Los turistas japoneses muestran, año tras año, tan malos modales que hemos decidido que no vamos a aceptar clientes japoneses hasta fines de septiembre», empezó diciendo el polémico aviso en cartulina amarilla.
«Sólo recibiremos a clientes extranjeros. Pedimos la comprensión a los clientes que vienen todos los años ya quienes son de la zona. A partir de octubre reanudaremos nuestra atención a todos los clientes en general», concluyó.
El ramenya-san ha recibido muchas críticas en las redes sociales y ha generado polémica en programas de televisión.
Arima, explicó que ha visto a japoneses comiendo y bebiendo productos que no fueron adquiridos en su negocio y que otros se dedican a conversar sin hacer pedidos afectando la facturación de un local que sólo cuenta con 8 sillas.
El propietario del local manifestó que los «modales» del turista japonés contrasta con el buen comportamiento de los extranjeros que llegan de visita a Ishigaki. (Súper Tokio Radio)
