Mirei Tamashiro tiene 16 años, de padre japonés y madre boliviana. Fue una de las tantas jóvenes que el pasado domingo 6 de octubre asistieron al 4t0 Bolivia Festival para divertirse y sentir de cerca una cultura que lleva en el corazón.
Desde los cinco años de edad ha acompañado a sus padres a eventos bolivianos, pero no ha sido hasta ahora que ha demostrado cuánto realmente ha absorbido de esas tardes de caporal, morenada y tinkus.
Mirei baila y lo hace bien. Empezó desde muy pequeña, pero en casa. En esos shows que los niños arman en exclusiva para la mamá y el papá tratando de imitar los pasos que le había visto hacer a los grandes de la fiesta poco antes.
Hace tres años decidió tomar unas clases de danzas bolivianas y si no fuera por los exámenes en el colegio japonés habría realizado el sueño de bailar para el público en un festival boliviano.
Si ello hubiera ocurrido, no lo iba a hacer sola. Hubiese debutado con las chicas del grupo de danzas bolivianas que ha formado y a quienes transmite lo aprendido en sus clases de baile. Su grupo de llama «Patufu».
A Bolivia Festival llegó, como siempre, con sus padres, pero esta vez acompañada de Kimika, su compañera japonesa del colegio.
Kimika bailó tinkus hasta más no poder. Lo hizo con gracia y energía, pero sorprendió más cuando declaró que era la primera vez que participaba en una fiesta boliviana y que nunca antes había bailado esta danza en su vida.
«Es primera vez que vengo, vi, me puse a imitar los pasos para bailar», declaró la joven japonesa. (Súper Tokio Radio)