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Cómo reírse de las diferencias culturales en la película «Los Japón»

Dani Rovira (der) y la gente del filme «Los Japón. Al centro el bailaor japonés Ryu Matsumoto y sentada, María León.

Los dos son andaluces, cómicos y de la misma generación, pero nunca habían trabajado juntos. Dani Rovira (Málaga, 1980) y María León (Sevilla, 1984) proponen una nueva ración de comedia de tópicos geográficos en «Los Japón», en este caso sobre el choque cultural entre Andalucía y el país del sol naciente.

La película, que llega este viernes 28 de junio a los cines de España tras haber clausurado el pasado Festival de Málaga, es el cuarto largometraje de Álvaro Díaz Lorenzo quien, tras los siete millones de euros amasados con «Señor dame paciencia», ha vuelto a ser fichado por Atresmedia, coproductora de esta cinta que distribuye la multinacional Warner.

«Tenemos mucho en común, pero hay una cosa cósmica que está por encima de nuestro entender», dice Rovira, y León le acaba la frase: «hay un mismo filtro, eso facilita mucho las cosas, tenemos una misma manera de jugar».

«Los Japón» se basa en una historia real y poco conocida fuera de Andalucía: una expedición japonesa encabezada por el samurai Hasekura Tsunenaga desembarcó en el pueblo sevillano de Cora del Río en 1614, con destino a Madrid para establecer relaciones diplomáticas entre el imperio japonés y el español.

Pero algunos japoneses se quedaron en la ciudad sevillana y tuvieron descendencia. «Así empezaron a nacer los primeros corianos japoneses», explica el director del filme, «y como el apellido era tan difícil de pronunciar un cura dijo, pues Japón, y a partir de ahí comenzó el apellido Japón y hoy hay más de 400 en Coria».

El guión de «Los Japón», que firma Díaz Lorenzo junto a Cristóbal Garrido y Adolfo Valor, convierte a Dani Rovira en un coriano, sindicalista y republicano, que por azares del destino resulta ser el legítimo heredero del trono de Japón y a María León en su esposa.

Aunque al principio muestran reticencias, finalmente deciden aceptar el nombramiento y se embarcan en un viaje a Tokio junto a sus hijos, asesorados por el paciente y amable Hidaka, que interpreta Ryo Matsumoto, un bailaor japonés afincado en Andalucía que se ha estrenado así en el cine.

El choque cultural y lingüístico entre japoneses y andaluces es el motor de esta historia, que se rodó entre Andalucía y Japón.

«Fueron solo nueve días en Japón, pero ves que es un país donde el respeto y la amabilidad te desbordan», dice Dani Rovira.

«Y lleno de contradicciones», precisa María León, «por un lado las diferencias que hay entre hombres y mujeres y sobre todo me chocó que entre ellos no se comunican, no veía yo cariño».

Rovira aporta el dato de que la media de edad en que se pierde la virginidad en Japón es muy elevada, en torno a los 30 años, lo que considera una muestra de un carácter «un poco torpe social».

«Luego en lo virtual y las redes sociales, flipas, en el metro la gente no levanta la cabeza del móvil, a mi eso me causaba un poco de tristeza, parecía una especie de ‘Black Mirror'», describe el actor, que ya ha rodado su siguiente proyecto, «Jungle Cruise», con el que debutará en Estados Unidos y que se estrenará el año que viene.

Se trata de una película de gran presupuesto, de aventuras, dirigida por Jaume Collet-Serra, director catalán afincado en Hollywood y especializado en sagas de acción con Liam Neeson como protagonista.

La historia necesitaba gente hispana, y Collet-Serra llamó a la puerta de Rovira y de Quim Gutiérrez. «Disfruté mucho porque éramos los malos de la película, pero malos entrañables, luego había malos de verdad, y la experiencia de rodar con Emily Blunt, Edgar Ramírez o Dwayne Johnson, ha sido un aprendizaje muy chulo». EFE

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